Emprender una actividad artística alimenta el desarrollo de la atención y la curiosidad, ayudándonos a distinguir aquello que resulta novedoso y potenciando nuestra propia creatividad innata.
Las actividades del taller están pensadas para que el niño disfrute del proceso creativo, evitando cualquier tipo de rigidez o academicismo. Ver, oír, sentir, saborear, fluir son experiencias que suponen una existencia rica, llena de intensidad y emoción.
Se exploran diferentes técnicas y materiales para trabajar con ellos. Lápiz y papel, pintura, libros infantiles, obras de arte, música, sonidos de la naturaleza, fotografía, videos, etc., tratándose en cada sesión un tema determinado.